El cabello es uno de los elementos de nuestro cuerpo que más contribuyen a crear una imagen estética de nosotros mismos. De ahí que hoy en día proliferen los productos orientados a incrementar el brillo, eliminar la caspa, aumentar el volumen, reducir el encrespamiento o evitar la caída.
La caída del cabello es, precisamente, uno de los problemas estéticos que más preocupan a hombres y mujeres. Y en este campo la investigación científica, dermatológica y estética han avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas. De los productos de aplicación tópica con promesas de recuperación capilar se ha pasado al estudio detallado de las causas que provocan la alopecia y a la propuesta de soluciones que parten desde dentro, es decir, desde el cuidado de la piel y anejos cutáneos a partir del traspaso, a través del torrente sanguíneo, de todos los elementos que necesita el folículo piloso para estar sano.
Antes de empezar a preocuparse por la caída, es preciso saber que el cabello tiene ciclos y su duración es variable. El pelo se renueva constantemente en el cuero cabelludo y existen cabellos en fase de crecimiento, en fase de reposo y en fase de desprendimiento. Hay, además, zonas en las que la duración de los ciclos es superior (como la nuca) y otras en las que el cabello inicia antes su fase de desprendimiento (como la región frontal, las entradas y la coronilla).
Cuando no existe ninguna patología, lo normal es que al día se desprendan entre 80 y 100 cabellos. Existen épocas y situaciones en las que la caída es más intensa. Así ocurre en otoño, tras una intervención quirúrjica con anestesia, después de un episodio febril largo o, en el caso de las mujeres, en la menopausia y durante los meses posteriores al parto. También hay que tener en cuenta que, con la edad, el cabello es menos abundante y crece más lentamente.
Al margen de enfermedades concretas que pueden provocar una alopecia irreversible, cuando la caída tiene su origen en alteraciones funcionales transitorias del folículo piloso, es posible ralentizar e incluso frenar la caída si se interrumpen las causas que provocaron su aparición. En algunos casos puede conseguirse, incluso, la recuperación capilar.
En este post, nos centraremos en aquellos casos en los que la caída puede frenarse o ralentizarse siguiendo unas sencillas pautas. Lo primero es, una vez descartadas aquellas situaciones en las que la pérdida de masa capilar es normal, conocer cuál es la causa que origina el problema.
Factores que influyen en la caída del cabello
Existen determinados estilos de vida que favorecen la caída del cabello. El estrés, la mala alimentación, el trabajo nocturno, la exposición solar, el cloro de las piscinas, un cepillado demasiado fuerte y el uso de tintes y permanentes o de champús demasiado agresivos pueden ser factores determinantes.
En situaciones continuadas de estrés, ansiedad o depresión, los tejidos se degeneran y hay un desequilibrio en el sistema nervioso que hace que disminuya el aporte sanguíneo de oxígeno, oligoelementos, vitaminas y aminoácidos al folículo piloso, lo que ralentiza el proceso de crecimiento y puede llegar a atrofiar el bulbo piloso.
El uso frecuente de gorros, viseras o cascos también puede precipitar la pérdida de cabello, puesto que aumentan la temperatura del cuero cabelludo, por lo que el pelo se desprende para dejar transpirar a la piel.
Asimismo, una dieta en la que haya un déficit de vitaminas (A, B, D, F) o de hierro, cinc y cobre también puede favorecer la caída del cabello.
En el caso de los hombres, la alopecia androgenética es la forma de calvicie más frecuente y una de sus principales preocupaciones estéticas. En la alopecia androgenética, la caída del cabello se produce porque existe una mayor actividad de la enzima 5-alfa-reductasa, que convierte la testosterona en dihidrotestosterona (DHT), lo que hace que se acorte el tiempo de la fase de crecimiento del cabello, se reduzcan los folículos produciendo un cabello más fino y tenga lugar la caída.
Tratamientos: Vecos, Inneov Masa Capilar…
En los casos en los que la caída se produce por un déficit nutricional, los suplementos de vitaminas y minerales ayudan a ralentizar el proceso de caída e incluso pueden llegar a frenarlo. No obstante, estos complementos no deben sustituir el aporte normal y equilibrado de nutrientes, que se debe conseguir con una alimentación equilibrada, sino que constituyen un refuerzo para activar los mecanismos biológicos del bulbo capilar y estimular la síntesis de queratina.
Ante las situaciones de estrés, en las que se reduce el flujo de la microcirculación y el bulbo piloso puede llegar a deformarse provocando la caída, existen complejos nutricionales que aportan aminoácidos directamente al centro de formación del cabello protegiéndolo. Estos complementos incluyen además otros nutrientes, como los polifenoles y catequinas, que ayudan a estimular y reforzar la microcirculación capilar potenciando así el crecimiento del cabello.
Entre los productos recomendados para estos casos figuran los de Vecos (Vecos Masa Capilar y Vecos Cabello y Uñas), que aportan nutrientes esenciales como el aminoácido taurina y el Zn, y contienen té verde y semilla de uva con polifenoles y catequinas para estimular el riego sanguíneo en el cuero cabelludo.
También existen tratamientos para frenar la caída abundante en los casos de alopecia androgenética. A diferencia de los complementos nutricionales, estos tratamientos contienen activos inhibidores de la encima 5-alfa-reductasa, como los derivados del cinc y los extractos de lúpulo y sabal, que permiten alargar la vida del cabello existente y reducir la pérdida abundante. Inneov combina precisamente el aporte nutricional con el de los inhibidores de la encima en sus complementos específicos para la caída del cabello en hombres. Cuenta, además, con una amplia gama de productos que responden a las especifidades de cada tipo de cabello (Inneov Masa Capilar, Inneov para hombre, Inneov Cabellos Teñidos e Inneov Anticaspa).
Una vez reconocidas las causas de la caída del cabello, la combinación de un tratamiento específico con algunos sencillos hábitos de alimentación y cuidado en la higiene diaria contribuyen a mantener la salud capilar y a alargar, por tanto, la vida del cabello.
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